En los años 1983/1984 estuve en la universidad estudiando la historia de de geología y la formación de los suelos. En aquél tiempo, el peligro de una guerra nuclear era latente. La respuesta de un profesor a mi pregunta me tranquilizó e incluso me quitó mis temores.
La pregunta fue, qué pasaría con el planeta – en relación con la evolución de millones de años – si hubiese una guerra nuclear.
La respuesta:
La tierra no retrocedería tanto como para durar tantos millones de años hasta llegar al nivel de hoy. Es casi seguro, que ciertos musgos y líquenes e incluso algunos insectos podrían sobrevivir. Muy probablemente, el ser humano desaparecería, pero no toda la vida del planeta.
Suena un poco loco, pero esa respuesta me quito mi miedo. Y, ¿por qué? Me acuerdo muy bien que pensé: Si el ser humano es tan tonto como para iniciar una catástrofe global, se merece estar extinto. Pero no lograríamos acabar con toda la vida. Y eso me lieberó de mis temores, pero no me impide actuar – dentro de los posible – de manera ecológica y luchar por un mundo mejor, donde la justicia y los derechs humanos sean el objetivo.
Es como una ilustración de la frase:
„El ser humano necesita la tierra, pero la tierra no necesita al ser humano!“
[Michael Röhm, Würzburg/Allemania]
Igualmente, si el ser humano es tan tonto como para creer que el agua no se va a acabar, teniendo los ejemplos en muchos poblados del mundo que sufren por agua…que nos merecemos?… o que tenemos el derecho a usarla como si fueramos únicos….qué nos merecemos?… la lucha por la justicia por el agua debe empezar ahora en cada ser humano y no cuando la tengamos tan cerca que no la podemos divisar bien.
todos necesitamos del agua hoy y siempre. cuidarla, racionarla, distribuirla…