introducción

El Cambio Climático es el tema universal. Hay diferentes perspectivas y definiciones. Lo cierto es, que afecta a todos los seres humanos, sin embargo, algunos non lo saben y otros lo saben, pero no saben qué hacer. Al recibir una propuesta de las Filipinas, solicitando un programa de diálogo sobre el cambio climático, la primera reacción fue: de eso no tenemos ni idea. Quiere decir, que existen conocimientos en el nivel de expertos, a los que nostros no teníamos acceso. Una observación interesante que implica, que no sentíamos tanta falta de conocimiento con respecto a nuestros temas anteriores, como derechos humanos, religión, inclusión, sostenibilidad o ls necesidades de los humanos.

Enconces, nos decíamos que podemos asumir el reto, si somos concientes y partimos del hecho que ni nosotros ni nuestros participantes tuviéramos conocimientos de experto, a pesar de estar afectados todos. De esa manera, nos sentíamos liberados y capaces de subir de nuestra propia vida cotidiana, a asumir el reto, hacer nuestros poropios descubrimientos y sacar nuestras propias conclusiones.
Se nos abrió la oportunidad de ver el cambio climático no solamente como fenómeno de ciencias naturales y tecnológicas – propiedad de los respectivos expertos. De lo contrario, el tema también es propiedad de todos nosotros, los que interactuamos con la tierra, el aire, el agua, las plantas, los seres humanos y los animales.

Si afirmamos que el cambio climático afecta a todos – sean ricos o pobres, en zonas urbanas o rurales, en el Sur o el Norte – estamos diciendo que se trata de un proceso fundamental que amenaza la vida en nuestro planeta.

No estamos diciendo que todos estuviéramos creando el mismo impacto. Pero sí estamos diciendo que todos los seres vivos estén afectados, y que por ende todos estemos participando. No hay que dividirse en víctimas por un lado y culpables por el otro lado.

Al tratar cuestiones del cambio climático y sus consecuencias en la vida en la tierra, nos acercamos al amor hacia la creación, como un amor hacia nosotros, de una manera sin precedentes. El elefante y su competencia social, león y ballena, el gorila tan parecido al ser humano, la belleza de las plantas, lamagia de las montañas, el amor entre humanos y animales, la amistad entre vacas y relaciones parecidas entre seres humanos – todo esto nos deja suponer que la creación es algo que va más allá del ser humano, aunque pueda ser destruida por él.

En la actualidad, somos seres guiados por sus propios intereses, con memoria a corto plazo, y en consecuencia con poco sentido para el futuro. Sería bueno, mirarse cada uno a si mismo, su entendimiento personal del cambio climático, a los obstáculos que podrán resultar para sus propios intereses, a lo que no se toma tan en serío, porque todavía no duele. Cada uno debe permitirse eso. Surge la pregunta, si todos los involucrados – con sus intereses específicos – serán capaces de contribuir a este cambio.

Ute Wannig, Frankfurt, 1. September 2015