Siempre pensaba que estoy botando poca basura. Con mucha fantasía le di un uso hasta al último restito de arroz – ¡genial!
Sin embargo, al analizar las cosas mejor, se abrió un gran agujero negro y manchó mi complacencia. En realidad, no es gran cosa. Tampoco hay alternativa: mis queridos pantys. Los boto en cantidad. Durante el invierno europeo, los necesito si quiero usar falda. Me gustan de algodón.
Sin embargo, pronto se gastan y se abren huecos. Entonces los boto, ya que no necesito tantos trapos. ¿Será que producen los pantys a propósito así? ¿Será que los huecos son como programados?
[Alchemilla, Alemania]